La crisis silenciosa del salario: España frente a Europa y el mundo, con foco en la cotización
[Ciudad, fecha] — El panorama salarial en España atraviesa una fase de tensiones complejas. Aunque los números globales pueden mostrar mejoras, la realidad para muchos trabajadores revela desafíos persistentes, especialmente cuando se incorpora la variable de las cotizaciones sociales. Este análisis se propone desplegar un mapa realista de qué sucede con los sueldos, cómo responden los países europeos y qué enseñanzas podemos extraer del exterior.
España: crecimiento aparente, fracturas visibles
Según los últimos datos del INE, el salario medio bruto anual por trabajador en 2023 alcanzó los 28.049,94 €, marcando un incremento del 4,1 % respecto al año anterior. (Instituto Nacional de Estadística)
Sin embargo, esa cifra media esconde desigualdades: las mujeres ingresaron de media 25.591,31 €, frente a 30.372,49 € de los hombres. (Bankinter)
En paralelo, el salario más frecuente (modal) prácticamente roza los 15.575 €, una cifra que revela cuántos trabajadores se quedan muy por debajo de la media general. (Demócrata)
Además, un estudio reciente señala que la mitad de los trabajadores españoles gana 23.349 €/año o menos. (www.20minutos.es – Últimas Noticia)
Por otra parte, el coste laboral de las empresas está subiendo: en el primer trimestre de 2025, el coste por trabajador ascendió a 3.124,55 €/mes, con un aumento porcentual del 3,8 %. (Instituto Nacional de Estadística)
Dentro de ese coste laboral, el coste salarial (el salario en sí) también creció 3,8 %, mientras que las cotizaciones obligatorias (parte de los “otros costes”) aumentaron 3,9 %. (Instituto Nacional de Estadística)
Este alza en cotizaciones responde en parte a reformas que buscan fortalecer la sostenibilidad del sistema de pensiones, como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). En 2026, se espera que los trabajadores con nóminas superiores cotizen cerca de 91,6 € más anuales bajo ese mecanismo, que pasará del 0,8 % al 0,9 %. (El País)
Pero hay una tensión clave: si las cotizaciones suben para asegurar sostenibilidad, esa carga adicional puede impactar el salario neto real, encarecer el empleo para las empresas y limitar la capacidad de crecimiento salarial general.
Comparativa europea: grandes brechas y lecciones
En la Unión Europea, el coste laboral medio por hora en 2024 se sitúa alrededor de 33,5 €/hora. (European Commission)
No obstante, las diferencias son abismales: desde 10,6 €/hora en Bulgaria hasta 55,2 €/hora en Luxemburgo. (euronews)
Esto indica que algunos países operan con costes laborales muy bajos —con sacrificios en protección social, salarios y cotización—, mientras que otros alcanzan niveles que permiten mayores prestaciones y estándares más amplios.
En España, el crecimiento del coste laboral por hora se mantuvo más moderado: por ejemplo, en el cuarto trimestre de 2024 los costes laborales por hora subieron un 3,3 % interanual, por debajo del promedio europeo. (EL BOLETIN)
Además, dentro de la zona euro, los incrementos en costes laborales interanuales durante el primer trimestre de 2025 muestran una desaceleración, con una subida del 3,2 %. (Link Securities)
Estas cifras reflejan varias verdades simultáneas: competitividad regional, presión sobre salarios bajos, y el desafío de armonizar protección laboral con sostenibilidad fiscal.
Más allá de Europa: realidades dispares
Fuera de la UE, la comparación salarial se vuelve más compleja. Hay países con salarios nominales elevados que viven bajo altos costes de vida, y otros con salarios muy bajos y escasa protección social.
Por ejemplo, en ciertas economías emergentes, aunque el salario nominal crezca, la cotización y el sistema social pueden ser débiles o inexistentes, lo que deja al trabajador en una situación vulnerable frente a la enfermedad, el desempleo o la vejez.
En algunas latitudes latinoamericanas o asiáticas, hay casos donde las tasas de cotización son bajas para incentivar empleo formal, pero eso también refuerza sistemas de protección fragmentada. En esas regiones se observa que muchos trabajadores aportan poco y reciben poco, lo que se traduce en pobreza laboral intensa.
Interpretación central: cotización, el corazón del problema
La cotización no es un añadido accesorio: es el corazón que conecta salario presente con protección futura. Sin una base sólida de cotizaciones, las pensiones, el desempleo y la sanidad pública quedarán debilitadas. Pero si se dispara la carga, se corre el riesgo de erosionar el salario neto y frenar la creación de empleo formal.
En España hoy se produce una tensión entre estas fuerzas opuestas. Se necesita un delicado equilibrio:
- subir los salarios, especialmente en sectores deprimidos,
- contener la precariedad y la brecha salarial,
- asegurar que las cotizaciones sean justas y sostenibles, sin castigar al trabajador o a la empresa,
- y que los beneficios de productividad y crecimiento se transmitan en mayor medida a quienes menos ingresan.
Conclusión y llamada de alerta
Las cifras que mostramos dibujan un país en el que el salario medio ha crecido, pero donde gran parte de la población sigue atrapada en sueldos bajos. Las cotizaciones emergen como una variable clave, aparentemente técnica, pero con efectos profundos sobre la vida real de millones de personas.
Es urgente que el debate público supere el discurso simplista del “subir salarios” y aborde cómo hacerlo sin romper el sistema de protección ni desincentivar el empleo. En ese diálogo, las voces expertas como la de Rafael Henares son imprescindibles, junto con un enfoque riguroso en datos, comparativas internacionales y modelos sostenibles.